Reclamación por mala praxis dental Barcelona

Reclamación por mala praxis dental Barcelona

Publicado el 28 de septiembre de 2025


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Qué es la mala praxis dental y cuándo reclamar

La mala praxis dental es toda actuación u omisión de un profesional de la odontología que se aparta de la lex artis, es decir, del estándar de diligencia exigible según los conocimientos técnicos, protocolos y medios disponibles. No se exige al dentista un resultado perfecto, pero sí una actuación prudente, informada y conforme a la técnica. En Barcelona —como en el resto de España— una intervención puede considerarse negligente cuando, por ejemplo, se planifica una prótesis sin estudio oclusal previo, se colocan implantes sin evaluación de hueso suficiente o se lesiona el nervio dentario inferior por una mala planificación radiológica. También puede haber mala praxis por defecto de información (no explicar riesgos relevantes ni alternativas) o por seguimiento inadecuado del postoperatorio.

La reclamación procede cuando concurren tres elementos: conducta antijurídica (apartamiento de la lex artis o vulneración del consentimiento informado), daño (físico, estético, moral o patrimonial) y nexo causal entre ambos. Los daños habituales incluyen infecciones no controladas, pérdida de piezas por tratamiento fallido, mal ajuste protésico, alteración del habla o deglución y lesiones nerviosas con parestesias. En clínicas privadas, la responsabilidad suele ser contractual porque existe un contrato asistencial; en el ámbito público, se analiza la responsabilidad patrimonial de la administración sanitaria.

Ejemplos habituales de reclamación por mala praxis dental en Barcelona:

  • Implantes colocados sin planificación 3D ni estudio CBCT con daño al nervio.
  • Ortodoncia que agrava maloclusiones por falta de diagnóstico periodontal.
  • Prótesis mal ajustadas que generan llagas, dolor crónico o alteraciones fonéticas.
  • Ausencia de consentimiento informado o documentación clínica incompleta.

Si te preguntas si tu caso es reclamable, el primer paso es auditar la historia clínica y realizar una pericial odontológica independiente. Estos dos pilares permiten valorar el grado de desviación de la lex artis y cuantificar el perjuicio con criterios objetivos.

Requisitos legales y prueba pericial

Para prosperar una reclamación por mala praxis dental en Barcelona, se deben acreditar: (1) la infracción de la lex artis o la falta de consentimiento informado, (2) la existencia de daño evaluable y (3) el nexo causal entre ambos. El soporte probatorio suele articularse con informes de un perito odontólogo, que revisa imágenes, pruebas diagnósticas y actuaciones clínicas. La prueba pericial explica si el plan de tratamiento fue correcto, si se valoraron alternativas, si se informaron riesgos y si la ejecución fue adecuada.

El consentimiento informado no se reduce a una hoja firmada: debe ser previo, específico y comprensible, mencionar riesgos materiales (los que cambiarían la decisión del paciente), alternativas y consecuencias de no tratar. Su ausencia o su contenido insuficiente refuerza la posición del paciente, especialmente cuando el daño se relaciona con un riesgo no explicado y evitable. En tratamientos electivos (p. ej., estética dental), la exigencia de información suele ser mayor.

  • Documentación clave: historia clínica completa, presupuestos y contratos, hojas de consentimiento, radiografías (periapicales, ortopantomografías, CBCT), fotografías, agendas y comunicaciones.
  • Pericia técnica: valoración de protocolos de asepsia, medicación, ajuste oclusal, torque y paralelismo en implantes, planificación 3D, guías quirúrgicas y controles de seguimiento.
  • Daño y causalidad: informes médicos/odontológicos, neurología (si hay parestesias), logopedia (alteraciones del habla), psicología (daño moral) y presupuestos de retratamiento.

Consejo práctico: solicita de inmediato copia íntegra de tu historia clínica y de las imágenes. La clínica tiene la obligación de custodiarla y entregarla. La falta de entrega puede perjudicar su defensa y reforzar la tuya.

La carga de la prueba suele recaer en quien reclama, si bien en materias como la documentación y el consentimiento la clínica debe demostrar que informó correctamente y actuó conforme a protocolo. Una pericial sólida y bien fundamentada es, en la práctica, el eje del éxito.

Plazos de prescripción en Cataluña

El tiempo es crítico en una reclamación por mala praxis dental en Barcelona. En clínicas privadas, la acción suele ser contractual; el plazo general de prescripción tras la reforma de 2015 es de cinco años. Si se reclama frente a la sanidad pública (CatSalut, hospitales o centros concertados por actos del personal estatutario), el plazo para reclamar responsabilidad patrimonial es habitualmente de un año desde que el daño se manifiesta o se estabiliza. Además, puede existir una vía extracontractual de un año en supuestos específicos. La determinación del dies a quo (inicio del cómputo) se analiza caso por caso, y a veces comienza con el alta médica o cuando se estabilizan las secuelas.

Es frecuente que exista negociación previa con el seguro de responsabilidad civil de la clínica o del profesional. Estas gestiones no siempre interrumpen la prescripción, por lo que es recomendable dejar constancia fehaciente (burofax, reclamación administrativa o demanda) antes del vencimiento. La interrupción por reclamación extrajudicial válida reinicia el cómputo, pero debe acreditarse su recepción.

Resumen útil: privada: 5 años (contractual). Pública: 1 año (responsabilidad patrimonial). Consulta plazos específicos si hay clínicas franquiciadas o cadenas con pólizas colectivas, porque puede influir en la estrategia y en la identificación del demandado correcto.

Para evitar riesgos, inicia cuanto antes la auditoría médica y la pericial, pide historia clínica y evalúa si conviene reclamar por burofax o abrir ya la vía judicial. El tiempo invertido en diagnóstico jurídico rápido suele equivaler a indemnizaciones mejor cuantificadas y menos controversia procesal.

Pasos para reclamar en Barcelona

La ruta óptima para reclamar por mala praxis dental en Barcelona combina preparación probatoria y estrategia negociadora. Comienza recopilando toda la documentación: informes, presupuestos, facturas, fotografías y mensajes. Solicita la historia clínica completa y radiografías originales. Con esa base, un despacho especializado coordina un informe pericial odontológico independiente, que será la piedra angular de tu reclamación.

  • Reclamación amistosa: carta o burofax a la clínica y al seguro RC con el informe pericial y una propuesta de indemnización. Suele abrir negociaciones.
  • Hoja oficial de reclamaciones: útil para dejar constancia y activar consumo si existen deficiencias de información comercial o publicitaria.
  • Vía judicial civil: para clínicas privadas: demanda por responsabilidad contractual/culposa con pericial odontológica y, si procede, psicológica.
  • Vía contencioso-administrativa: si el responsable es un servicio público. Se inicia con reclamación administrativa previa.
  • Vía penal (casos excepcionales): cuando la conducta supera la imprudencia leve o hay falsedad documental relevante.

Tip local: en Barcelona muchas clínicas trabajan con aseguradoras de RC sanitarias. Aportar desde el inicio una pericial robusta y un baremo de cuantificación claro acelera acuerdos y evita ofertas a la baja.

En paralelo, planifica el tratamiento de retratamiento (reparación del daño): presupuestos de implantología, periodoncia, prótesis o logopedia, que servirán para calcular el daño emergente y el lucro cesante (p. ej., bajas laborales). Una reclamación bien planteada integra solución sanitaria y compensación económica.

Pruebas y peritajes odontológicos

La prueba pericial es determinante en negligencias dentales. El perito compara lo hecho con lo que debió hacerse, cita guías clínicas y valora si los medios usados eran adecuados. En implantes, por ejemplo, analizará si hubo estudio CBCT, distancia a estructuras nobles, diseño de la guía quirúrgica, torque de inserción y protocolo antibiótico. En ortodoncia, revisará la planificación (cefalometría, modelos digitales), el control periodontal y el plan de retención. En prótesis, examinará el ajuste marginal, la oclusión, la estética y la fonética.

Además de la pericial, es esencial la trazabilidad documental. La clínica debe conservar historia clínica, consentimientos, hojas de seguimiento y fotografías. Si faltan documentos, se abren brechas probatorias: por ejemplo, la ausencia de consentimiento informado sobre el riesgo de parestesia en cirugía implantológica puede inclinar la balanza hacia el paciente.

  • Imágenes: ortopantomografía, CBCT, periapicales, fotografías intraorales.
  • Informes de especialistas: neurología (lesión nerviosa), maxilofacial (reintervención), periodoncia, prótesis, logopedia o psicología (impacto estético/social).
  • Presupuestos de retratamiento: cuantifican el daño emergente y sirven para planes de reparación.

Buenas prácticas periciales: cronología precisa de eventos, correlación radiológica, fotos del antes/después, y explicación didáctica del nexo causal. Un dictamen claro también favorece el acuerdo extrajudicial.

Una pericial convincente traduce tecnicismos en un relato comprensible para el juez o para el tramitador del seguro. Invertir en un experto con experiencia clínica y forense es, en la práctica, una de las decisiones más rentables del proceso.

Tipos de daños e indemnizaciones

La compensación económica en mala praxis dental suele estructurarse con criterios del baremo de daños personales (referencia de la Ley 35/2015), adaptados al caso. Se valoran secuelas (neurológicas, estéticas, funcionales), días de perjuicio (impeditivos/no impeditivos), daño moral, lucro cesante y gastos sanitarios presentes y futuros. En Barcelona, los tribunales aceptan con naturalidad el uso del baremo de tráfico como herramienta orientativa en responsabilidad sanitaria, siempre que la pericial lo justifique.

  • Daño físico: dolor crónico, infecciones, pérdida ósea, alteraciones de la mordida, lesiones del nervio dentario.
  • Daño estético: sonrisa asimétrica, coloración o tamaño inadecuado de prótesis, retracción gingival visible.
  • Daño moral: ansiedad, vergüenza social, afectación laboral o relacional.
  • Patrimonial: retratamientos, medicación, bajas laborales, transporte y rehabilitación.

Claves de cuantificación: distingue daños temporales y secuelas, usa informes y presupuestos actualizados, aplica coeficientes correctores y justifica tablas y rangos con claridad para evitar infravaloraciones.

Un acuerdo justo combina reparación sanitaria (re-tratamiento por otro equipo cualificado) y indemnización completa. La propuesta debe presentarse por escrito, con tablas de cálculo y anexos (pericial, pruebas e informes). Esto transmite seriedad y ahorra litigios innecesarios.

Costes y honorarios

Una duda frecuente es cuánto cuesta reclamar por mala praxis dental. Existen modelos flexibles: presupuestos cerrados por fases (auditoría, pericial, negociación, juicio), honorarios mixtos (una parte fija reducida y un variable de éxito) o, en algunos despachos, pactos de cuota litis permitidos con límites. La pericial odontológica es el principal coste técnico y conviene tratarla como una inversión: un buen dictamen no solo mejora el resultado, también acorta los tiempos al facilitar acuerdos.

Pregunta por tasas judiciales (exentas para personas físicas en lo contencioso/civil), procurador (obligatorio en la mayoría de procedimientos civiles) y posibles costas si el pleito se pierde. Un enfoque prudente intenta primero la vía amistosa con una propuesta de indemnización bien documentada; si la oferta del seguro es insuficiente, se demanda con todo preparado.

Consejo: acuerda por escrito el alcance de cada fase, tiempos estimados y qué se incluye (reuniones, escritos, vistas, complementos de pericia). Evita sorpresas y mantén la trazabilidad económica del caso.

Si tienes póliza de defensa jurídica, revisa si cubre reclamaciones sanitarias. Algunas pólizas permiten escoger abogado y reembolsan parte de los honorarios. Llevarlo ordenado desde el inicio puede traducirse en ahorro directo.

Errores frecuentes y cómo evitarlos

Muchos casos se debilitan por errores evitables. Uno de los más comunes es esperar demasiado: los plazos corren y los recuerdos se difuminan. Otro es acudir a la clínica responsable para “arreglarlo” sin documentar: se pierden evidencias radiográficas del estado previo. También es común no pedir la historia clínica completa o conformarse con impresiones de baja calidad.

  • Actúa pronto: solicita la documentación y agenda una auditoría legal-pericial.
  • No te sometas a nuevos tratamientos en la misma clínica sin asesoría independiente y sin dejar rastro documental de tu estado actual.
  • Centraliza comunicaciones: usa burofax o correo certificado cuando sea necesario para interrumpir plazos y acreditar entregas.
  • Cuida la narrativa: redacta una cronología con fechas, síntomas, visitas y decisiones informadas.

Checklist rápido: historia clínica completa, imágenes originales, informe pericial, presupuestos de retratamiento, testigos si los hay, registro de comunicaciones y gastos. Con esto, tu posición negociadora se multiplica.

Evita también sobrevalorar o infravalorar el caso: la pericia profesional ayuda a dimensionar el daño con objetividad. Una estrategia realista, bien argumentada y documentada, suele terminar en acuerdos razonables y más ágiles.

Marco normativo aplicable

Las reclamaciones por negligencia dental se apoyan en un conjunto de normas y principios. Destacan la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente (información y consentimiento), la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (deber de competencia y calidad), el Código Civil (responsabilidad contractual/extracontractual y plazos) y, cuando procede, la normativa de responsabilidad patrimonial de las administraciones públicas. El Código Deontológico de Dentistas refuerza estándares de buena práctica. Para cuantificar daños personales se usa habitualmente el baremo de tráfico como criterio orientativo, adaptado a la casuística sanitaria.

En Cataluña, conviene revisar además normativa autonómica sobre documentación clínica y hojas de reclamaciones de consumo. En el día a día, la combinación de estos marcos permite trazar una estrategia sólida: primero, demostrar el incumplimiento (técnico o informativo); segundo, acreditar el daño con informes y presupuestos; y tercero, cuantificar con metodología clara y verificable.

Idea clave: el derecho sanitario es eminentemente probatorio. Con la pericial adecuada, la lex artis deja de ser abstracta y se convierte en un guion técnico-jurídico que guía la negociación o el juicio.

Este marco, bien aplicado, brinda seguridad jurídica tanto para reclamar como para alcanzar acuerdos extrajudiciales que reparen el daño sin alargar innecesariamente el proceso.

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre un mal resultado y mala praxis? Un resultado adverso puede ocurrir aun haciendo todo correctamente. Hay mala praxis cuando la actuación se aparta de la lex artis o no se informó de riesgos relevantes y evitables. La pericial lo determina.

¿Cuánto tiempo tengo para reclamar? En clínicas privadas, en términos generales, 5 años desde 2015 para la acción contractual. Frente a la sanidad pública, 1 año desde la estabilización del daño. Consulta tu caso con fechas concretas.

¿Necesito un perito odontólogo? Sí, en la práctica es esencial. Su informe explica el error técnico o informativo, el nexo causal y cifra el daño; sin él, la reclamación pierde fuerza.

¿Puedo reclamar si firmé un consentimiento informado? Sí. La firma no blinda a la clínica si el documento era genérico, no se explicó correctamente o el daño proviene de una ejecución negligente.

¿Y si la clínica me ofrece “arreglarlo” sin coste? Pide asesoría independiente antes. Documenta tu estado actual con radiografías/fotos y valora si te conviene hacerlo en otro centro. No comprometas la prueba.

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